domingo, 31 de mayo de 2009

Pintura del Barroco en Flandes: Van Dyck


Martirio de San Sebastián


Amor y Psique


Carlos I de Inglaterra

Anton Van Dyck (1599-1641)

Es pintor, ante todo, de la aristocracia a la que sabe halagar, componiendo los retratos con un sello distinguido. Da mucha importancia a la indumentaria, adelgaza las formas y afemina las figuras. Entre sus características cabe destacar:

Pincelada ágil y rápida

Suntuoso sentido del color

Más refinado que Rubens

Composiciones menos complejas

Movimiento más contenido


Su principal obra es el Retrato de Carlos I de Inglaterra:
En 1631 fue nombrado pintor de cámara del rey Carlos I de Inglaterra. Pintó en muchas ocasiones a éste y a la familia real. Este retrato es una de sus mejores obras y refleja las virtudes técnicas de Van Dyck como pintor:

Nos muestra al rey vestido como un caballero, sin las galas reales.

En plena naturaleza

Actitud segura que trasciende su condición áulica

Expresión amable

Postura desenfadada que no contradice su regia condición

El corcel que se halla a su lado, se encuentra con la cabeza inclinada hacia abajo , potenciando, como recurso escénico, las dimensiones físicas del rey de Inglaterra. La espléndida naturaleza que rodea al monarca es el telón de fondo apropiado para este cuadro. Van Dyck en su período inglés dio mucha importancia a la naturaleza y a los elementos decorativos que rodean a sus personajes; subraya la elegancia de los aristócratas e intensifica el sentido nobiliario y áulico. Se ha considerado este recurso itilizado por el pintor flamenco como manierista.

Otros retratos famosos del pintor flamenco, son Sir Endymion Porter y Anton Van Dyck; el pintor Frans Snyders y su esposa; El duque de Buckingham, entre otros.

Realizó obras de temática mitológica como "Amor y Psiquis" de un importante sentido poético, introduciendo como fondo la naturaleza y obras de temática religiosa, como" El martirio de San Sebastián", en donde trata a los personajes con gran sentimiento y sentido estético.

sábado, 30 de mayo de 2009

El Retrato Barroco en Flandes: Rubens

Helena Fourment con sus hijos

Autorretrato

Duque de Lerma


Los cuatro filósofos

Otra de las temáticas que trabajó Rubens fue el retrato, creando, inspirándose en los venecianos, un tipo de retrato de aspecto cortesano como el que realizó del Duque de Lerma. Es un retrato ecuestre del valido del rey Felipe III, en el que destaca la grandiosidad del caballo, los colores y contrastes en el paisaje. Destacan también su Autorretrato, Retrato de Rubens con Isabel Brandt, su primera mujer y el de Helena Fourment con sus hijos. Los retratos de su familia muestran armonía y equilibrio, captando en ellos la amorosa intimidad imperante en su hogar. Realizó asimismo, retratos de grupo, como "Los cuatro filósofos"; reflejo del círculo humanista de Justo Lipsius, donde se formaron él y su hermano Philip. En el cuadro, se retrata así mismo en primer término y a su hermano con una pluma en la mano; a su lado, al erudito humanista Lipsius, y al alumno de éste, Jan van der Wouwere; detrás del erudito un busto de Séneca por quien sentía una profunda admiración y delante un jarrón con tulipanes, símbolo de la veneración que sentía por éste filósofo. Al fondo, detrás de un cortinaje rojo, un paisaje con el Monte Palatino. En sus retratos nos permite conocer la situación social del retratado aproximándonos a su psicología, aunque sus estudios del carácter no sean lo más destacado de Rubens.

Dentro de la pintura histórica destaca la serie compuesta de veintiún lienzos para María de Médicis.

Pintura del Barroco en Flandes: Rubens


El Rapto de Proserpina


El Rapto de las hijas de Leucipo


Las Tres Gracias

Como pintor mitológico interpreta con maestría y sensualidad los temas de extraídos de la literatura clásica grecolatina sobre las aventuras y desventuras de los dioses, como en "Las Tres Gracias" , "El Jardín del Amor", "El Juicio de Paris" o "La Venus en el tocador". Otras presentan momentos en los que los dioses y criaturas mitológicas se cruzan en la vida de los hombres, provicando terror y drama, amor y sentimiento de pérdida. En estos cuadros repite el mismo esquema: mujeres rubias de anatomías rotundas y pieles sonrosadas: el desnudo nórdico frente al clásico. Mujeres que muestran un nuevo canon de belleza: piel nacarada, carnes blandas y grasientas. El dibujo y el color muestran la influencia de la pintura veneciana y de Miguel Ángel, que conoció durante su estadía en Italia. De ahí extrae las siguientes características:

- Dominio del color (paleta cálida)
- El gusto por los grandes volúmenes
- Profusión de escorzos violentos.
- Teatralidad
- Tendencia al dramatismo
- Sobre todo: exuberancia barroca.


Las Tres Gracias: Pintura al óleo, se encuentra en el Museo del Prado. Se muestra a tres mujeres desnudas, las Tres Gracias, protectoras de la alegría y de la fiesta en el lenguaje de la mitología grecolatina. Estas mujeres se muestran entrelazadas, en armonía; con simetría en el conjunto. Destaca la gran luminosidad de la escena en un exterior. Los cuerpos son voluminosos pero sensuales, el canon perfecto de la época. Se advierte movimiento contenido, como si fueran a ejecutar una danza. Mueven hacia atrás una pierna, lo que confiere más dinamismo a la obra. El paisaje es muy delicado: prima el color sobre el dibujo, al igual que en la guirnalda de rosas que se halla sobre las cabezas de las Tres Gracias. Ésta está tratada como una naturaleza muerta que se incorpora al cuadro. El cuadro, de la colección privada del pintor, es un estudio del desnudo femenino, en el que incluye a su segunda esposa, Helena Fourment. El esquema compositivo es fiel al propuesto por los pintores clásicos, como hizo Rafael a partir de esculturas antiguas; pero lo interpreta con el lenguaje pictórico del barroco. Nadie ha pintado el cuerpo femenino con más dedicación y pasión que Rubens.

El rapto de las hijas de Leucipo: Es una de las obras capitales de Rubens y en ella se condensan sus características pictóricas. Posee una composición romboidal, poco usada en general por la dificultad que supone encuadrar a los personajes en un esquema geométrico. Sin embargo caballos, raptores y raptadas se insertan en el rombo, anteponiendo figuras afines, efecto que produce un ritmo armonioso en la composición. Contrastan así las figuras de los caballos, de Cástor y Pólux y las de las dos jóvenes. Éstas últimas son captadas una de espaldas y otra de frente, para así la vista de la parte contraria que se encuentra oculta. Hay un arrebatado dramatismo que emana de la violencia, la fuerza y la torsión reflejadas en las figuras; violencia expresiva que la convierte en una de las obras fundamentales del la pintura barroca. A la trepidante convulsión de las figuras entrelazadas se opone un sereno paisaje que aporta equilibrio natural. Los tonos claros de las pieles de las hijas de Leucipo contrastan con los colores tostados de los guerreros que las están raptando, colores potentes que armonizan el conjunto. Actualmente se discute el título del cuadro, ya que los captores no son idénticos, ya que los "Dioscuros", Cástor y Pólux lo eran, así como los caballos. Hoy se propone el título de "El rapto de las sabinas". El pintor muestra en esta obra interés por las tonalidades cálidas, el movimiento y el dramatismo. Delacroix dirá de Rubens “que prefería las formas excesivas y desenfrenadas”.

"El rapto de Proserpina": Destinado a la decoración de un pabellón de caza de Felipe IV llamado la Torre de la Parada, junto al Rapto de Deidamia y la Vía Láctea entre otras escenas, en el Rapto de Proserpina vuelve a mostrar Rubens la tensión provocada por un secuestro. Proserpina era una bella ninfa de la que se enamoró Plutón en su única salida de los infiernos. Prendado de sus encantos, decidió raptarla. Al oír los gritos de socorro de la muchacha acuden Atenea, Venus y Diana que no pueden evitar el rapto. La violencia del escorzo de Proserpina es lo que más llama la atención, al intentar zafarse de su agresor. Plutón está en total tensión al sujetar a la joven, mientras los amorcillos indican el camino al carruaje que llevará a la pareja con destino al Hades, donde Plutón era rey. Todas las figuras se vienen a primer plano, como sí de un friso clásico se tratara, debido a la preocupación del maestro por el volumen. Las luces empleadas sirven para aumentar el dramatismo y para reforzar el brillo del colorido, aplicado con largas pinceladas. La riqueza de las telas y el canon de belleza femenino, con mujeres entradas en carnes y muy blancas de piel, definen claramente el arte de Rubens, el máximo representante del Barroco.

La mitología proporcionó una temática rica y variada durante el período barroco. Estos temas adquirían un significado simbólico y moralizante, fácilmente comprensible para el sector más culto de la sociedad.


viernes, 29 de mayo de 2009

La Pintura Barroca en Europa: Flandes

La Anunciación

Tabla central del Descendimiento


El Descendimiento de la Cruz, Catedral de Amberes

La Adoración de los Reyes Magos

En el desarrollo de la pintura de los Países Bajos influyen factores sociales, económicos, políticos y religiosos, la reforma religiosa entre una zona católica, aristocrática y monárquica bajo dominio español (Flandes), y otra protestante, democrática y burguesa (Holanda) determinó una separación total en los ideales artísticos que se reflejan en la pintura.

A pesar de la guerra contra España (Guerra de los Treinta Años), Flandes vivió en el siglo XVII momentos de prosperidad económica que permitieron un notable desarrollo de la actividad artística, especialmente en el ámbito de la pintura. Los talleres de Amberes y Bruselas trabajaban intensamente y de ellos salieron hacia distintos países de Europa gran cantidad de obras, y sobre todo con destino a España. Estos talleres trabajaban basándose en la capacidad de los maestros que habían empezado como aprendices y aprendido sólidamente el oficio.

La temática que predomina en Flandes es diferente a la que se desarrolla en Holanda. La clientela, la aristocracia católica, dominante y segura de su papel social y de lo que representaba para el resto de los estamentos y por supuesto, la Monarquía y la Iglesia Católica que veía en la pintura el medio más adecuado de transmisión de las ideas de Trento.

La figura capital de estas generaciones de pintores barrocos flamencos es Pedro Pablo Rubens (1577-1640). Nació en Wesfalia y su familia se trasladó a Colonia. Su formación tuvo lugar en Amberes decidiendo viajar a Italia, donde vivió varios años. En Roma entró en contacto con la Antigüedad clásica. Posteriormente viajó a España en 1603, donde permaneció un año. De regreso a Amberes fue nombrado pintor de los archiduques españoles Alberto e Isabel Clara Eugenia, lo que le otorgó el primer lugar entre los pintores de la ciudad. Regresa España donde conoce a Velázquez, es embajador en Inglaterra y finalmente vuelve a Amberes donde muere en 1640.

Rubens fue un hombre culto, conocedor de las ciencias y las letras. Tuvo una gran capacidad de observación, característica que se refleja en sus pinturas. Su pintura, dinámica y vital tiene refleja la idea de grandiosidad, típica de la mentalidad católica de la época, a la cual sirvió con gran entusiasmo. Sus formas son opulentas, tanto en las fisonomías femeninas como masculinas. Crea un canon de belleza femenino: el desnudo nórdico.

En su estilo muestra preferencia por los colores cálidos, las anatomías femeninas generosas de pieles nacaradas, características adoptadas de la pintura veneciana (Tiziano) y el Clasicismo de Rafael y de los Carracci. Será referencia de los pintores románticos, especialmente de los franceses que veían en él una exaltación del color en detrimento del dibujo, al revés de lo defendido por los pintores neoclásicos.


Se caracteriza por su dinamismo, vitalidad y exuberancia. Luz, color, movimiento y formas corpulentas. Su colorido es cálido, aprendido de los venecianos, sus composiciones se ordenan sobre un esquema diagonal que les da una sensación de movimiento prolongado más allá del marco. Los cuerpos varoniles, musculosos o los afeminados, de modelos gruesos, carnosos y sensuales, se agrupan en composiciones de ritmo turbulento, enroscándose las formas.


Rubens trabaja con igual maestría todos los géneros, ya sea pintura religiosa, mitológica o el retrato, obras encargadas para reflejar el boato de la Monarquía y de la nobleza. Así sucede con la serie de lienzos que María de Médici encarga al pintor para su nuevo palacio en París, el Palacio de Luxemburgo. En éstas, la mitología es el fondo sobre el que "ensalzar las excelencias de la reina de Francia".

La amplitud de su obra se debe no sólo al gran éxito que tuvo como pintor, sino también a la gran cantidad de colaboradores que tuvo en su taller, especializados en determinadas partes de las composiciones, destacando Snyders, P. de Vos y sobre todo, Van Dyck con quien trabajó alrededor de cinco años. Esto permitía que el maestro realizase el esquema original y lo terminasen sus colaboradores.

Como pintor religioso, crea composiciones de una espectacularidad extraordinaria, al servicio del sentido triunfal de la Iglesia Católica. Entre sus obras religiosas destacan tres: La Adoración de los Reyes Magos, El levantamiento de la Cruz y el Descendimiento. También son extraordinarias la Anunciación y la Natividad.

La Adoración de los Reyes Magos: Temática religiosa, que sirvió de inspiración a otros artistas. Destaca el uso de la luz, el color y el movimiento de las figuras. Pintura al óleo


Descendimiento de la cruz: Tabla central de un gran tríptico. Presenta composición diagonal que plasma el movimiento en el momento en que Cristo es bajado de la cruz; los personajes se unen en su cometido de bajar a Cristo. Destaca el movimiento, la luz y el color. La luz se concentra en el cuerpo de Cristo y en la sábana con que se le va a envolver, al tiempo que describe una clara línea diagonal que se convierte en el eje compositivo del cuadro. Es una escena llena de dramatismo, de tensión y de emoción que busca conmover y exaltar la fe de quien lo observa.

La Anunciación: Obra influida por las obras de Caravaggio y de Tintoretto. La Virgen retrocede atemorizada ante la presencia del ángel, envuelto por un paño rojo que parece flotar dando sensación de ingravidez.

viernes, 22 de mayo de 2009

Pintura Barroca Francesa

San Juan de Nicolas Poussin

Los mercaderes de Claudio de Lorena

El recién nacido de Latour

La Magdalena penitente de Georges Latour

No será hasta las primeras décadas del siglo XVII cuando empiece a desarrollarse la pintura barroca en Francia. Entre los jóvenes artistas franceses que se están formando en Roma en estos momentos se plantea la misma división pictórica que existía en Italia: los naturalistas, seguidores de Caravaggio por un lado, y los clasicistas seguidores de Carracci, por otro. Al regresar a su país se producirán derivaciones del naturalismo sobre todo en provincias y del clasicismo, que prenderá en ambientes cortesanos.

Tendencia Naturalista Francesa

Son los seguidores de Caravaggio. Entre ellos destacan:

Claude Vignon: Usa el tenebrismo como recurso lumínico en obras como San Pablo Ermitaño y San Antonio.

Valentin de Boulogne, que realizará pinturas de ambiente popular como los “Jugadores de cartas” o “El concierto doméstico”; en ellos capta gestos y actitudes de la vida cotidiana. “El martirio de San Lorenzo”.

Georges Latour (1693—1652), artista con interesantes rasgos caravaggescos, tanto por sus temas populares como por la utilización de los recursos tenebristas, originados por la luz de una vela, con la que consigue efectos de gran belleza. Sus formas son escuetas y sumarias, geométricas y cercanas a la modernidad, como en “La riña de mendigos” o “La Buenaventura”. También realiza obras de carácter religioso, como “La Magdalena penitente”, “San José carpintero” y “La adoración de los pastores”. En ésta última refleja la rusticidad y simplicidad de los campesinos, cuyos rostros rescata de la oscuridad gracias a la cálida luz de una vela, lo que le proporciona un efecto teatral. La luz íntima y concentrada caracteriza toda su obra.

El Paisaje Clasicista

De esta tendencia son los dos grandes pintores de la época: Nicolas Poussin y Claude Lorrain.

Nicolas Poussin (1594-1665) formó parte de los círculos intelectuales de Roma. Crítico y opuesto a la pintura de Caravaggio, seguidor de Rafael y de Giulio romano. Sus obras, complejas y estudiadas hasta el milímetro, no dejan nada al azar o a la casualidad; complejidad que se acentúa en sus obras mitológicas (La Bacanal). La temática religiosa la desarrolla en menor medida (Noli me tangere). El paisaje es el protagonista de sus cuadros: paisaje idealizado, en el que predominan las colosales arquitecturas clásicas bañadas por una luz dorada. En ellos abundan las líneas rectas y las composiciones sencillas que ayudan a crear una sebsación de equilibrio ( Orfeo y Eurídice; Paisaje con edificios).

Claude Lorrain o Claudio de Lorena (1600-1682) convierte el paisaje en el tema principal de su obra. Los paisajes a la hora del ocaso o al amanecer, con una luz decadente que descubre arquitecturas clásicas, pero menos ordenadas que las de Poussin. Coloca en primer término a los edificios y los árboles, y al fondo, la línea del horizonte, consiguiendo una sensación de gran profundidad.. La figura humana queda empequeñecida ante la grandiosidad de la naturaleza, siendo algo anecdótico. Su uso de la luz reflejada en el agua influirá en los paisajistas ingleses, en Corot y en los Impresionistas. Entre sus obras destacan “Acis y Galatea” y “El puerto de mar”.

La pintura Barroca en Italia: La Pintura Decorativa

Frescos de la bóveda de San Ignacio

Falsa cúpula de San Ignacio de Roma de Andrea Pozzo


Detalle de la Sacristía de la Catedral de Toledo, de Lucas Jordán

El triunfo de Urbano VIII, Palacio Barberini de Pietro da Cortona


Es el último gran estilo pictórico italiano que se especializa en amplias decoraciones de bóvedas y muros, con un sentido triunfal y grandioso.

Representa el momento del barroco triunfante, a nivel religioso y monárquico constituyendo la última de las tendencias de la pintura barroca. Plasma el sentimiento de alegría y triunfo de la Iglesia católica. Trae consigo la superación del naturalismo y el clasicismo, muy dados a la repetición de las formas y la claridad de los temas. Frente a esto, el Barroco decorativo antepone una pintura más dinámica y hedonista.

En lo temático se busca la glorificación y exaltación de la Iglesia y de la institución del Papado y la propia monarquía. Esta tendencia pictórica va a iniciar una rica tradición en pintura que va a decorar los techos de las iglesias y palacios europeos de finales del XVII y buena parte del XVIII.

El Barroco decorativo gusta del efectismo,llegando a fingir arquitecturas en los techos, mediante el uso de complejas perspectivas axonométricas (sistema de la cuadratura) . Es escenográfico y teatral. Son obras llenas de dinamismo, con gran riqueza cromática y expresiva.

Principales maestros

Pietro da Cortona: Arquitecto y pintor, es el primer maestro de este género. Sus primeros frescos fueron los de la Villa Muti, en Frascatti y los del Palacio Mattei . Demuestra un gran conocimiento de aquello que pinta: arquitecturas, objetos, esculturas, etc. Las obras por las que más se le conoce son los frescos de los palacios Barberini en Roma y los del Palacio Pitti en Florencia.

El Padre Andrea Pozzo ejecuta espectaculares efectos de perspectiva ilusionista, gracias a la ayuda de elementos arquitectónicos ficticios que enmarcan la gloria celestial, poblada de centenares de personajes suspendidos en el espacio (Iglesia de San Ignacio en Roma). En la cúpula inexistente, pintó un lienzo circular donde finge la arquitectura, engañosa al ojo del espectador cuando la contempla a los pies del templo, ya que parece real. Con él esta tendencia llega a su culminación.

Lucas Jordán crea una pintura decorativa de enorme efecto. Dejó obras importantes en España: El Escorial, catedral de Toledo.

martes, 19 de mayo de 2009

La Pintura Barroca en Italia: El Clasicismo

Aurora de Giovanni Francesco Barbieri "El Guercino"

La última comunión de San Jerónimo de Domenico Zampieri "El Domenichino"


La Aurora de Guido Reni

Palacio Farnese de Anibale Carracci


La Huida a Egipto de Annibale Carracci

En Bolonia se desarrolla una corriente que se despega del manierismo, en busca de ideales elevados de belleza y dignidad expresiva. Frente al naturalismo caravaggesco, se contrapone el clasicismo de la escuela romano-boloñesa de la que los Carracci (Ludovico, Agostino y Annibale) y Guido Reni son sus máximos representantes. Intentó recuperar el equilibrio y la serenidad de espíritu del mundo grecorromano, al que añadió la presencia de hermosos paisajes, tranquilos y armoniosos donde no faltan las ruinas antiguas, testimonio del pasado cuyo espíritu se intenta evocar.

Esta corriente rechaza las formas idealizadas en exceso, pero también la representación de la realidad inmediata, con sus imperfecciones. Pintan las cosas no como son, sino como deberían ser, buscando la belleza ideal. Es una representación de la realidad de forma meditada y razonada. La iluminación que utilizan es uniforme. Su dibujo es firme, con líneas y contornos muy definidos.

El iniciador de dicha corriente es Annibale Carracci (1550-1609), quien en unión de su hermano Agostino y su primo Ludovico desarrolla esta nueva tendencia pictórica. Se interesan mucho por la naturaleza creando un tipo de paisaje de enorme belleza y equilibrio. Hacen uso y consagran el esquema de quadratura y cuadri riportati en las pinturas al fresco que ya fue usado por Miguel Angel.

Los Carracci crean una Academia que proporcione a los artistas, además de los conocimientos técnicos, una preparación literaria y humanística que enriquezca sus capacidades. En ella los artistas debían practicar el dibujo ante modelos.Otra finalidad era el estudio de las obras clásicas

Anibale Carracci es el de mayor calidad. Crea el paisaje clásico, con una ordenación simple de la naturaleza. Su obra maestra es la decoración del salón grande del Palacio Farnesio. Son pinturas decorativas de tema mitológico y alegórico, donde se exalta la anatomía y el movimiento, encuadrando los frescos en arquitecturas. Recupera la influencia de Miguel Ángel y Rafael en frescos como el de la Huida a Egipto, que representa la culminación del paisaje clásico. Su obra está marcada por una fría racionalidad, que comporta una distribución equilibrada de los diferentes elementos que aparecen en la escena.

Guido Reni, formado con Carracci se traslada a Roma en 1603. Es el más clásico por la pintura de frescos y la importancia del dibujo y del color. Su estilo es suave y expresivo, introduciendo un espíritu bello y sereno. Cultiva el desnudo, lleno de dignidad y trascendencia. Demostró una sensibilidad especial para representar la luz que envuelve a los ángeles, dándoles una sensación de irrealidad, como en "Los ángeles tocando instrumentos" de la capilla de Santa Silvia. Su obra maestra es “La Virgen del Rosario”. Otras obras manieristas tienen clara influencia de Rafael, como “La matanza de los inocentes”. Brilla de manera especial su talento para el dibujo en los temas mitológicos, como en "Hipómenes y Atalanta" del Museo del Prado.

Otros dos pintores clasicistas son:


Domenico Zampieri, “Domenichino”
, que ayudó a Carracci en el Palacio Farnese, siendo su principal obra “La última comunión de San Jerónimo”, "La caridad de Santa Cecilia", destaca por la importancia de fondos y paisajes y por su personalísima manera de sugerir la profundidad, y Francesco Barbieri, el “Guercino”, cuya pintura alcanzó gran potencia dramática de fondo y un riguroso físico en la forma. En sus frescos los personajes parecen volar sobre los espectadores, en un alarde del dominio de la perspectiva. Entre sus obras destaca “El regreso del hijo pródigo” y "La Aurora".

martes, 5 de mayo de 2009

Arquitectura del Barroco: Elementos

Cúpula de San Carlos


Alzado de San Carlos


Planta de San Carlos de Borromini

Elementos de la Arquitectura del Barroco

Los presupuestos estéticos del Barroco se pueden resumir en:

a) Búsqueda de la inestabilidad

b) El movimiento a través de múltiples recursos:

    • Las plantas: Abandonan la forma circular, símbolo de la perfección neoplatónica y adoptan formas elípticas, con movimiento en sí mismas (San Andrés del Quirinal, de Bernini). Se huyó de los cánones prefijados, buscando la innovación, la sorpresa y la irregularidad de las diferentes partes.

    • Las fachadas dejaron de ser previsibles, desarrollando una gran viveza y movimiento, tanto en la planta, con entrantes y salientes, como en el alzado. En lugar de la línea recta, se impuso como nota preferente la línea discontinua, que presenta formas cóncavas y convexas. Efectos de claroscuro

    • El muro es el principal soporte y tiene carácter dinámico: se ondula y modela permitiendo plantas flexibles. Los vanos que se abren pueden tener formas complejas, ovales, con sobreventanas...

    • Los arcos son muy diversos: medio punto, mixtilíneos, elípticos, ovales...

    • Los soportes, exentos o adosados, se usan fundamentalmente con fines decorativos: atlantes, cariátides, ménsulas y aparecen soportes puramente barrocos: columna salomónica y el estípite (pilastra troncopiramidal invertida, compuesta por la yuxtaposición de este elemento con otro de carácter geométrico o figurativo en la parte superior).

    • Los juegos de luces se impusieron tanto en los interiores como en los exteriores, provocados por la alternancia de vanos y muros, de hueco y de pared.

    • Las cubiertas son preferentemente abovedadas, de los tipos ya conocidos y otros nuevos: elipsoides, de planta mixtilínea. También pueden ser falsas y se denominan encamonadas.

    • Las grandes cúpulas renacentistas continuaron empleándose, buscando el contraste con torres de diferentes perfiles y distintas colocaciones.

    • Los frontones, molduras y entablamentos se rompieron y quebraron en formas caprichosas que generaron orejeras, volutas y cilindros.

    • Las columnas de los órdenes clásicos se retuercen sobre su fuste, decorándose con racimos de uvas y hojas, lo que dio lugar al surgimiento de la columna salomónica, columna por excelencia del barroco.

    • Los valores plásticos giran en torno a a dos principios: liberación de las formas y dinamismo.

    • Interesa el juego de volúmenes y espacios: los entrantes y salientes.

    • Los interiores muestran un espacio envolvente, misterioso, infinito, a veces teatral

    • Materiales: piedra, ladrillo, estuco...dependiendo del lugar.

    • Predomina la forma sobre la función.

c) Tipo de edificios: Religiosos y civiles, con un sentido simbólico-propagandístico. La iglesia y el palacio.

    • El barroco se contrapone a lo clásico : quiere despertar el sentimiento, la sensibilidad y la inteligencia a través de la originalidad y la expresividad de sus obras.

    • Con frecuencia recurre a la exageración y al virtuosismo. La elegancia ya no se encuentra en la sencillez, sino en la complicación y el artificio.