viernes, 22 de mayo de 2009

Pintura Barroca Francesa

San Juan de Nicolas Poussin

Los mercaderes de Claudio de Lorena

El recién nacido de Latour

La Magdalena penitente de Georges Latour

No será hasta las primeras décadas del siglo XVII cuando empiece a desarrollarse la pintura barroca en Francia. Entre los jóvenes artistas franceses que se están formando en Roma en estos momentos se plantea la misma división pictórica que existía en Italia: los naturalistas, seguidores de Caravaggio por un lado, y los clasicistas seguidores de Carracci, por otro. Al regresar a su país se producirán derivaciones del naturalismo sobre todo en provincias y del clasicismo, que prenderá en ambientes cortesanos.

Tendencia Naturalista Francesa

Son los seguidores de Caravaggio. Entre ellos destacan:

Claude Vignon: Usa el tenebrismo como recurso lumínico en obras como San Pablo Ermitaño y San Antonio.

Valentin de Boulogne, que realizará pinturas de ambiente popular como los “Jugadores de cartas” o “El concierto doméstico”; en ellos capta gestos y actitudes de la vida cotidiana. “El martirio de San Lorenzo”.

Georges Latour (1693—1652), artista con interesantes rasgos caravaggescos, tanto por sus temas populares como por la utilización de los recursos tenebristas, originados por la luz de una vela, con la que consigue efectos de gran belleza. Sus formas son escuetas y sumarias, geométricas y cercanas a la modernidad, como en “La riña de mendigos” o “La Buenaventura”. También realiza obras de carácter religioso, como “La Magdalena penitente”, “San José carpintero” y “La adoración de los pastores”. En ésta última refleja la rusticidad y simplicidad de los campesinos, cuyos rostros rescata de la oscuridad gracias a la cálida luz de una vela, lo que le proporciona un efecto teatral. La luz íntima y concentrada caracteriza toda su obra.

El Paisaje Clasicista

De esta tendencia son los dos grandes pintores de la época: Nicolas Poussin y Claude Lorrain.

Nicolas Poussin (1594-1665) formó parte de los círculos intelectuales de Roma. Crítico y opuesto a la pintura de Caravaggio, seguidor de Rafael y de Giulio romano. Sus obras, complejas y estudiadas hasta el milímetro, no dejan nada al azar o a la casualidad; complejidad que se acentúa en sus obras mitológicas (La Bacanal). La temática religiosa la desarrolla en menor medida (Noli me tangere). El paisaje es el protagonista de sus cuadros: paisaje idealizado, en el que predominan las colosales arquitecturas clásicas bañadas por una luz dorada. En ellos abundan las líneas rectas y las composiciones sencillas que ayudan a crear una sebsación de equilibrio ( Orfeo y Eurídice; Paisaje con edificios).

Claude Lorrain o Claudio de Lorena (1600-1682) convierte el paisaje en el tema principal de su obra. Los paisajes a la hora del ocaso o al amanecer, con una luz decadente que descubre arquitecturas clásicas, pero menos ordenadas que las de Poussin. Coloca en primer término a los edificios y los árboles, y al fondo, la línea del horizonte, consiguiendo una sensación de gran profundidad.. La figura humana queda empequeñecida ante la grandiosidad de la naturaleza, siendo algo anecdótico. Su uso de la luz reflejada en el agua influirá en los paisajistas ingleses, en Corot y en los Impresionistas. Entre sus obras destacan “Acis y Galatea” y “El puerto de mar”.

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