martes, 28 de abril de 2009

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y el Renacimiento Español


Fachada de El Escorial
Fachada de la Iglesia de El Escorial
Planta de San Lorenzo de El Escorial

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial: Fue el símbolo de la Contrarreforma y de la Monarquía española del siglo XVI. Lo mandó construir Felipe II el mismo año en que terminó el concilio de Trento, aunque las obras duraron veintiún años (1563-1584). El monarca quería reafirmar ante el mundo el poder que ejercía sobre unos dominios que, por entonces, comenzaban a rebelarse.

Para plasmar esa simbología se escogieron elementos y formas constructivas austeras. Destacan los grandes volúmenes y la ausencia de decoración que fue sustituida por los contrastes lumínicos entre los elementos empleados en el edificio.

El monasterio está enclavado en la sierra de Guadarrama. Es un enorme complejo que comprende mausoleo, iglesia, biblioteca y palacio para el rey. En él trabajaron dos arquitectos diferentes: Juan Bautista de Toledo, que había trabajado con Miguel Ángel en las obras de san Pedro en Roma y Juan de Herrera, que continuó con los planos del anterior a la muerte de su maestro. Pero el rey fue el auténtico artífice del Monasterio, ya que supervisó toda la obra y dio indicaciones para las modificaciones.

Para la planta se eligió un enorme cuadrado, subdividido en otros menores, que se organizaban alrededor de los patios. El eje central del edificio lo ocupan la iglesia y el patio de entrada. A ambos lados se estructuran los patios, de forma que las diferentes funciones del edificio son independientes. Se inspira en los trazados de los Hospitales italianos del Renacimiento, a partir de un esquema en forma de cruz. La iglesia preside la construcción y su cucero se cubre con una enorme cúpula que recuerda los modelos italianos. El resto de cubiertas tienen las vertientes muy inclinadas, con chapiteles en las torres. Es un reflejo flamenco, muy popular en la arquitectura española. Las entradas principales se resaltan con el uso del orden gigante y la decoración de pirámides coronadas por bolas.

La construcción de El escorial está pensado con un ajustado sistema de proporciones y estudios de geometría. El edificio aúna influencias flamencas e italianas, lugares donde poseía territorios la Corona española. Los rasgos generales de la construcción como la austeridad, simplicidad o decoración con elementos arquitectónicos expresan el arte más depurado de la Contrarreforma.

Materiales: piedra para los muros y pizarra para el tejado. No se añadieron elementos ornamentales en el edificio, que se caracteriza así por el respeto a las formas constructivas de Miguel Ángel, pero que aquí alcanza la austeridad total. El orden gigante miguelangelesco y los vanos ciegos que permiten jugar con los efectos lumínicos se emplearon de nuevo. Los presupuestos manieristas aparecen perfectamente representados en la concepción de El Escorial.

La repercusión de este edificio fue tal que la arquitectura española de finales del siglo XVI recibió el calificativo genérico de escurialense o herreriana. El mensaje de El Escorial era la supeditación de la vida humana a los designios divinos. La grandeza de formas de este edificio consigue que cualquiera que entre en él quede profundamente impresionado, tanto por las dimensiones como por la cantidad de patios y claustros que organizan el espacio interior. El hombre, eje del renacimiento, percibe su pequeñez ante Dios y el caminar del hombre concluye con la muerte que se evidencia en el Panteón Real, que se encuentra en el centro del complejo escurialense.

Si a principios de siglo científicos y religiosos habían discutido la concepción tradicional del mundo, poniendo en peligro la concepción de la monarquía absoluta y la estructura económico-social, a finales del siglo los sectores amenazados trataban de impedir los cambios. El papel de barrera lo ejercieron la Monarquía española y la Iglesia Católica. Con El Escorial, monumento sobrio y severo, se quería poner de manifiesto la nueva Iglesia de la Contrarreforma, que se apoyaba en el poder de la Monarquía hispánica.

La influencia que tuvo en la arquitectura fue palpable, incluso en edificios de principios del siglo XVII, cuando el nuevo estilo barroco y sus presupuestos estéticos estaban ya en toda España. Los pináculos escurialenses y la austeridad decorativa marcaron los inicios constructivos del barroco español.

El conjunto fue denominado “traza universal”, delimitada por un rectángulo del que sobresale en uno de los lados el palacio del rey.

El carácter funerario del edificio explica alguno de sus rasgos, como la importancia de la cúpula sobre tambor. La zona conventual se articula en torno al patio de los Evangelios, cuyo templete central, al estilo de Bramante, fue diseñado por Herrera. Todo está rodeado de jardines, huerta y naturaleza, reforzando su carácter de “retiro espiritual” en medio del campo. Allí el Rey pasaba sus “vacaciones sagradas”.

La envergadura y magnitud de la obra impresionó a sus propios constructores y a medida que avanzaba se fraguó una mitología sobre el edificio, al que se comparó con el Templo de Salomón. Pero en esencia, el modo sencillo y desornamentado , la importancia volúmétrica del cubo y la idea de simetría y correspondencia entre sus distintas partes hace de él un edificio peculiar, en el que algunas ideas renacentistas se abandonan frente a las ideas mantenidas por la Contrarreforma y Felipe II

El Renacimiento Español

domingo, 19 de abril de 2009

La Escuela Veneciana: Tintoretto


Jacopo Robusti , “Tintoretto” (1518-1594): Es el gran innovador de la pintura veneciana de mediados del siglo XVI. Hombre de técnica brillantísima de colores fríos, imaginación desbordante, creaciones compositivas nunca vistas. Recibe el influjo de los tipos de Miguel Ángel. Domina la concepción del espacio, sus composiciones son muy atrevidas y con actitudes manieristas. Tiene una gran brillantez en el uso de los colores, la luz y el efecto nocturno. Dinamismo vertiginoso, moviéndose los personajes en espacios perspectivos espectaculares, definidos con estructuras clásicas, distribuyendo a los grupos en complicadas geometrías. Sus obras principales son: “El Lavatorio”, “El hallazgo del cuerpo de San Marcos” con efectos de nocturnos. "El traslado del cuerpo de San Marcos”, “Última cena” realmente revolucionaria.

El Lavatorio: Composición espectacular en perspectiva, con efectos luminosos que acentúan el espacio, complicada distribución de personas y grupos, variedad de gestos y exquisita textura de las superficies con colorido. El pintor compone el cuadro en perspectiva, con una disposición de las arquitecturas que se prolongan hasta el fondo. Los grupos se distribuyen horizontalmente, para acentuar la sensación de profundidad. La figura de Cristo aparece desplazada del centro por la imagen de un perro recostado y una pareja de apóstoles que se quitan las botas.



Escuela Veneciana: Giorgione



La escuela veneciana fue producto del trabajo conjunto de Tiziano y de Giorgione, ellos juntos dieron pie a la escuela pictórica que compitió en el siglo XVI con Roma y Florencia.

Giorgio da Castelfranco, “Giorgione”(1475-1510): Es una figura enigmática con obra muy discutida. Discípulo de Giovanni Bellini, su pintura religiosa sigue las pautas venecianas tradicionales. Peculiaridad suya es la composición de las figuras y la luz con efecto solemne y recogido. Es el iniciador del nuevo estilo veneciano, con plenitud atmosférica y técnica suelta. Utiliza el sfumato. La luz y el color se presentan unidos; usa la perspectiva aérea que sustituye a la lineal, el desnudo alcanza la delicadeza táctil. Sus obras tienen una fuerte sensualidad y desnudo femenino.

Sus cuadros, herméticos e indescifrables, aún en su siglo, siguen siendo un arcano. Define el tipo femenino veneciano, que arranca de modelos clásicos y que competirá con los de Miguel Ángel y Rafael. Sus obras principales: “La tempestad”, “El concierto campestre” y “La Venus dormida”.

La tempestad. Enigmática composición, óleo sobre lienzo, muestra el paisaje de tormenta a través del colorido y su reflejo en todas las cosas, provocando el efecto de atmósfera obtenido por tonos, sello de la pintura veneciana. Es un pequeño paisaje de tormenta, la mujer gitana y el soldado. Hoy sigue siendo un arcano. La creación de la atmósfera de tormenta a través del colorido y la integración en un paisaje, planos y personas a través de las tonalidades cromáticas y no de la perspectiva lineal, definiendo a Giorgione como el creador de la escuela veneciana del siglo XVI.

Las radiografías actuales han descubierto que inicialmente, donde se encontraba el soldado estaba prevista otra figura desnuda y que la obra se ejecutó en varias fases. Este hecho es muy significativo por el trabajo espontáneo y emocional del veneciano, a diferencia del más reflexivo de los florentinos. Con seguridad es una de las últimas obras de Giorgione. La relación entre la figura y el paisaje se desarrolla claramente en favor del paisaje; el dibujo queda relegado tras la modulación cromática. El fascinante difuminado del dibujo por la expresividad del color (Traje del soldado, el cielo), anuncia no solo la obra de juventud de Tiziano, sino también la de su madurez.


Carlos V en la batalla de Mühlberg de Tiziano


Carlos V en la batalla de Mühlberg: Tiziano se convirtió en el retratista oficial de la Casa Real española. Su maestría con el color y su capacidad para captar la personalidad del personaje retratado le permitieron sentar las bases de un tipo de retrato cortesano de gran solemnidad, que será imitado por muchos artistas en Europa; es el retrato de aparato o apoteósico. La relación con la corte española, ya no solo como retratista, sino como pintor de temas mitológicos y de cuadros religiosos de fuerte simbolismo para la monarquía, ha permitido que muchos de sus cuadros se exhiban hoy en el Museo del Prado. Tras la victoria de Mühlberg sobre los protestantes, Carlos V encarga en 1548 este retrato ecuestre al artista. Siguiendo una composición clásica, que rememora los antiguos retratos romanos. Los rasgos fisiognómicos y el símbolo de la victoria, expresado en la acción del jinete armado, con todos los atributos del mando y listo para entrar en combate con la pica. Tiziano estudia al personaje en toda su profundidad psicológica, y lo representa como general del ejército vencedor. Trata la armadura con detallismo y la serenidad del paisaje se complementa con la luz roja del ambiente que presagia la batalla.

La Bacanal de Tiziano


La Bacanal es un óleo sobre lienzo de la primera mitad del siglo XVI (hacia 1519-1520). El cuadro es de tema mitológico: narra la llegada de Baco (dios del vino) a la isla de Andros. Los habitantes lo reciben con una fiesta que Tiziano transforma en campesina y popular. El tema mitológico sirve para mostrar el concepto festivo y lujoso de la pintura veneciana. Remite a la obra "Fiesta de los dioses" de su maestro Giovanni Bellini. Comparada con ella, la composición de Tiziano es más dinámica: movimientos vivos y línea ascendente de izquierda a derecha de paisaje y figuras, que desemboca en el anciano que dormita en la colina de la izquierda. Todo es una exaltación del color, la luz y el movimiento, otorgando mucha importancia a los paisajes anecdóticos sin buscar un mensaje simbólico elaborado. La composición es aparentemente caótica, tiene como centro la jarra de cristal elevada por encima de los componentes de la escena, como una referencia simbólica.; composición triangular en el borde inferior derecho. Hay marcados contrastes entre las actitudes: unas en reposo, otras en agitado movimiento. Como es habitual en la escuela veneciana, el color y la pincelada pastosa están por encima del dibujo. El paisaje se trata con tonalidad luminosa, que destaca en los brillos de las telas y los objetos secundarios.
La alegría sensual que despiertan el vino y el amor se representan de forma más directa, a veces por medio de un desnudo ingenuo. Con todo, Tiziano conserva la unidad de la composición, ya que ninguna de las figuras busca el contacto visual con el espectador. Que Tiziano compone el cuadro conscientemente se manifiesta en la joven dormida del primer plano a la derecha, una variante del motivo de Venus y que refuerza los límites del marco

La Escuela Veneciana: Tiziano


Tiziano (1490-1576) : Formado con Giovanni Bellini y discípulo de Giorgione, sus primeras obras se confunden con las de éste, no sabiéndose en algunos cuadros quién es el autor, como en el “Concierto campestre”. Sus cuadros mitológicos mantienen este rasgo; pero al jugar con el color, son un contrapunto de las mitologías romanas y florentinas. Conjuga sensualidad y erudición humanista.

Será el pintor de los temas profanos, teniendo predilección por aquellos que tenían a Venus y Dánae como motivo, en los que se observa la influencia de las mitologías de autores latinos (Ovidio). Pero sus modelos eran mujeres reales salidas del núcleo en el que se movía el artista. Establece los nuevos cánones de la belleza femenina, al igual que Miguel Ángel lo hace con los desnudos masculinos. El cambio operado entre la Venus de Botticelli y la de Tiziano es evidente muestra de lo anterior.

Con Tiziano y su taller, Venecia se convierte en la capital del color como Roma y Florencia lo son del dibujo. La exaltación del color, que se consideraba destinado a los sentidos del espectador, se expresaba mediante la utilización de una gama variada, la introducción de tintes obtenidos a partir de mezclas insólitas, el estudio de efectos de luz inusuales (el alba o el crepúsculo), las transiciónes graduadas de un color a otro o, en ocasiones, los experimenta con atrevidas yuxtaposiciones cromáticas. Asimismo, se expresaba mediante un tratamiento que confería al pigmento y a la pincelada una nueva personalidad, al combinar zonas empastadas (aquellas formadas por una capa de pintura visiblemente espesa, independientemente de que se se aplicara uniformemente o en crestas y huecos) con otras consistentes en veladuras, es decir, en una fina película totalmente uniforme.

Pintor de Carlos V y Felipe II, hará sus retratos oficiales y elaborará un retrato apoteósico (Carlos V en la batalla de Mühlberg), distinto al romano y al florentino, donde se se emparejan parecido y acción memorable con dignidad contenida y decorosa, muy al gusto español. Tiziano elabora composiciones grandiosas, repletas de color y gestos diversos, que renovarán la pintura religiosa veneciana, fundiendo Antigüedad y devoción, y los movimientos del alma o afectos que se enriquecerán con el tiempo. Su técnica se va soltando, llegando al impresionismo, con pinceladas de gran libertad.

Cultiva todos los géneros: el cuadro religioso, que es solemne y colorista, a veces dramático; el color y el movimiento son primordiales, influyendo en el arte de la Contrarreforma; el cuadro mitológico, que es sensual, sobre todo en el desnudo femenino; el retrato de aparato, que es solemne y opulento, dando gran importancia al traje y al escenario.

Su larga vida hizo que empezando con los más preclaros principios del Renacimiento del Siglo XVI, se viera inmerso en los ideales manieristas y de la contrarreforma. De ahí el movimiento de los personajes, que se relacionaban más con la estética finisecular que con la del Alto Renacimiento.

Sus obras principales son, en cuadros mitológicos: “Amor sacro y amor profano”, “Venus de Urbino”, “Bacanal”, “Dánae”, “Ofrenda a Venus”,“Venus en el espejo”. En cuadros de temática religiosa: “La Anunciación” de Santa María dei Frari, “Muerte de San Pedro Mártir” “ Virgen y Santa Catalina”, “Martirio de San Lorenzo” de los Jesuitas de Venecia, “Piedad” de la Academia, “Martirio de San Lorenzo”, del Escorial. Retratos: “Carlos V” “Carlos V en Mühlberg” o “La emperatriz Isabel de Portugal”.

En las últimas obras de Tiziano, la materia pictórica no sólo se halla presente, sino que el gesto del pincel es claramente visible: restos de pincel que forman surcos en la pasta cuando ésta es espesa, rayas de pigmento vaciadas con la punta del pincel que el artista utiliza después de darle la vuelta, y, en algunos casos, huellas dactilares que confieren la forma sin usar instrumento alguno. Tintoretto y el Greco usarán esta técnica

jueves, 2 de abril de 2009

La Escultura Manierista en Italia


El Rapto de la Sabina de Jean de Boulogne o Giambologna


Detalle del pedestal del Perseo

Detalle del cuerpo de Medusa del Perseo


Perseo de Benvenuto Cellini.

Fuente de Neptuno de B. Ammannanti

El genio y la grandeza de Miguel Ángel eclipsa a la mayor parte de los escultores, que intentan seguir sus pasos sin conseguir alcanzar su fuerza. Se desarrolla un tipo de escultura que rompe la armonía del período anterior, como había sucedido en la pintura, con composiciones abiertas y formas en tensión. Se logra una gran esbeltez y refinamiento, unida a la elegancia de líneas que se cruzan y al empleo de ejes helicoidales. Destacan dos autores principales y otro menor: Benvenuto Cellini , Jean de Boulogne o Giambologna y Bartolomeo Ammannnanti.


Bartolomeo Ammannanti (1511-1592): Arquitecto y escultor, resume y representa lo mejor de escultura florentina. Al final de su vida, abjuró de los gravísimos errores y pecaminosas licencias del pasado, aludiendo especialmente a la fuente de Neptuno de la Plaza de la Signoría de Florencia. En ella combina el bronce de las alegorías marinas (náyades y tritones) con el mármol de la estatua de Neptuno, conocida como el Biancone, por la blancura nívea del mármol. Muchas de sus esculturas para la villa Medici en Pratolino, se encuentran hoy en los jardines de Boboli del Palacio Pitti. También esculpió el monumental Hércules de bronce de Padua. Se le han adjudicado en ocasiones los fabulosos, extravagantes y fantásticos animales de la villa Orsini en Bomarzo, que hace de la irrealidad un goce de los sentidos y una realidad a la vez asombrosa y ensoñada. También es autor de escultura funeraria, en la que destacan sus tumbas de San Pietro in Montorio, en honor de Fabiano y Antonio del Monte.

Benvenuto Cellini (1500-1574): A caballo entre Florencia y Fontainebleau destaca su labor como escultor y orfebre; es uno de los artistas más notables, como queda plasmado en su Perseo. Sus obras se distinguen por la perfección técnica, incluso en piezas de pequeño tamaño (salero de Francisco I). Toda su obra manifiesta el artificio elegante del manierismo.

El Perseo es una escultura en bronce y de bulto redondo, encargada por Cosme I de Medici para la Loggia dei Lanzi en Florencia. Se inaugura en 1554. Representa a un personaje mitológico, Perseo, que sostiene en sus manos la cabeza cortada de Medusa, un ser maligno que tenía serpientes en lugar de cabellos. La escultura se apoya sobre un pedestal de mármol con relieves y pequeñas esculturas de bronce en la base. Es un auténtico alarde técnico. La composición de la escultura es una osadía de la técnica, ya que la fundición en un solo bloque de la pieza presenta una gran dificultad. Perseo desnudo se apoya sobre el cuerpo decapitado de Medusa, que se retuerce en una exagerada complicación. Los brazos aparecen separados del tronco y uno de ellos sostiene a gran distancia la cabeza de su víctima, de cuyo cuello chorrea la sangre; el otro sostiene el arma homicida. El cuerpo es elegante, atiende a los detalles anatómicos y las extremidades se flexionan con la expresión de la línea curva, propia del manierismo. En la cabeza, el casco de Hades. Busca la dificultad en los detalles, como la boca de Medusa con sus dientes o la cabellera de Perseo. En el pedestal colocó pequeñas estatuas de bronce, elaboradas con el mismo cuidado que la figura principal. Su menor tamaño le permite emplear recursos como actitudes forzadas, inestabilidad y torsiones violentas. La técnica de fundición empleada, era la de la cera perdida (la habitual en la época) : primero se trabajaba a la perfección la figura en cera y se la recubría con una capa de yeso o barro. A continuación se practicaba un orificio en la parte superior, por donde se vertía el bronce derretido, y otro en la parte inferior, por donde salió la cera. Al terminar la operación se rompía el molde exterior, siendo necesario repasar la escultura con un cincel. La operación se complicaba cuando aumentaban las dimensiones de la estatua.


Jean de Boulogne o Giambologna (1529-1608) : Escultor flamenco, reúne los principios del manierismo empleando en sus esculturas un esquema utilizado por Miguel Ángel: la línea serpentinata , que consiste en el movimiento giratorio de un cuerpo sobre un imaginario eje interior. El resultado produce un contrabalanceo de la figura y una sensación de inestabilidad y movimiento permanente. Su obra más destacada es el Rapto de las sabinas. Consigue en ella un análisis de cuerpos humanos entrelazados y en movimiento, empleando la serpentinata. Esta escultura delata la influencia del Toro Farnesio. Este grupo de mármol, de más de cuatro metros de altura culmina los estudios de cuerpos entrelazados y en movimiento de Leonardo y Miguel Ángel. A partir de un eje de simetría, que jerarquiza toda la composición , coloca tres cuerpos humanos entrelazados, que pueden verse desde posiciones diferentes, girando alrededor de la composición. Los tres personajes son figuras serpentinadas, hay un violento contrapposto en el anciano abatido entre las piernas del joven raptor , cuyo cuerpo musculoso y erguido, a la manera de los héroes, gira sobre sí mismo y se curva a causa de los movimientos de la joven raptada, que a su vez, levantada en el aire y sujeta por el romano, adopta una postura oblicua y contraria a la de su captor, y abre los brazos en un gesto de desesperación. Cada uno refleja en su rostro la manera en que vive la situación: el anciano con desesperación y vencimiento; la mujer con llanto y miedo, y el hombre joven satisfecho con su presa. Con ello Giambologna demuestra lo bien que sabe adecuar las acciones con los gestos, para captar con el cuerpo los movimientos del alma (moti dell'anima), con la que contar una historia que muestre autenticidad, variedad y veracidad, junto a la perfección y la belleza de los cuerpos armónicos.

El Mercurio, otra de sus obras más destacadas, muestra un cuerpo en tensión, musculoso y de superficies pulidas, abierto en todas las direcciones; que vuela, plasma toda la sabiduría y virtuosismo que alcanzaron el autor y la escultura florentina a finales del siglo XVI , solo superada en el siglo siguiente por el genio de Gian Lorenzo Bernini, desplazándose el centro artístico de la escultura de Florencia a Roma. Con esta figura se rompe el esquema clásico de estatua cerrada y se impone la noción de figura abierta. El escultor pretende resaltar con ello el esfuerzo del vuelo y el efecto de la ingravidez.

Otras obras son: la estatua ecuestre de Cosme I, la estatuaria religiosa (Capilla Salviati en San Marco de Florencia, su capilla funeraria en la Annunziata) en las que muestra su unión con la Antigüedad y con Miguel Ángel. Los grupos de “Sansón y el filisteo”, “Florencia triunfando sobre Pisa” son serpentinatas.

Escultura del Cinquecento en Italia

Dibujo de Leonardo da Vinci Monumento ecuestre de Francesco Sforza

La Virgen del Parto de Jacopo Sansovino


Santa Ana, la Virgen y el Niño de Andrea Sansovino

Como en las otras ramas del arte, en los primeros años del siglo XVI tiene lugar la consolidación de los modelos y el máximo auge de la escultura, de acuerdo con los tradicionales postulados del Renacimiento. El período experimental que supuso el Quattrocento concluye con el dominio de la técnica, de las formas y de los materiales. Crece el interés por lo monumental y es el momento de las grandes esculturas de bulto redondo, frente al relieve y al estudio de la profundidad de los volúmenes sobre el plano imperante en el siglo anterior. Florencia sigue siendo el centro artístico en lo que a la escultura se refiere. Los artistas más destacados de este período, anteriores y coetáneos del gran genio que fue Miguel Ángel pasamos a analizarlos a continuación:

Leonardo da Vinci (1452-1519) es uno de los innovadores de la escultura italiana de finales del Quattrocento. Investiga el gesto, las nuevas composiciones y el movimiento. En Milán realizó el monumento ecuestre del duque Francesco Sforza, padre de Ludovico el Moro. Pensó en un caballo alzado sobre sus cuartos traseros, una novedad en su género, del que conservamos algunos dibujos, pero que por problemas estática y de fundición se abandonó en 1489. Entonces planificó un monumento con una idea más conservadora de cuyo caballo al paso hizo un modelo en escayola en 1493, siendo destruido por los franceses en 1494. En 1511 se retomó el tema, proyectando el monumento ecuestre de Gian Giacomo Trivulzio que no pasó del papel y del que se conservan varios dibujos.


Andrea Sansovino (1467-1529) trabaja el mármol y la terracota, extrayendo modelos de la escultura clásica Es un continuador de la tipología del Quattrocento. Destaca el Altar Corbinelli en la iglesia del Santo Spiritu de Florencia, y el Bautismo de Cristo sobre la puerta oriental del Baptisterio de la Catedral de esta ciudad. En Roma destaca su obra maestra: Santa Ana, la Virgen y el Niño que forma una unidad con el fresco de Isaías de Rafael en la iglesia de San Agustín. La expresión de la belleza y variedad clásicas, corrección formal, la frontalidad, la contención y la relación de volúmenes delatan la presencia del puro estilo florentino en la ciudad de los Papas


Su discípulo, Jacopo Tatti (1486-1570), adoptó el nombre de Sansovino en honor a su maestro, sigue la línea escultórica de éste. Formado en Florencia, viajó a Roma con su maestro en 1505 donde intervino en la excavación que localizó el Laocoonte y en el posterior concurso para copiarlo. Es un compositor magistral como se observa en el Descendimiento, modelo en cera para una pintura de Perugino, donde la influencia de Alberti es clara y abundante. En Florencia realizó el Santiago de la Catedral,cuyo volumen cerrado, disposición de las manos y tratamiento exquisito de los paños mojados le hacen la mejor pieza del apostolado que contratara Miguel Ángel y que no hizo. De la misma época (1512) es el Baco, un desnudo en línea con el de Miguel Ángel. De regreso en Roma esculpe la Virgen del Parto, donde se observa la agudización de su clasicismo (toques anticófilos) de San Agustín. Huye a Venecia en 1527, donde vivirá el resto de su vida. Trabajará en las puertas de la sacristía y el coro de San Marcos; en la Loggietta, en las estatuas colosales de Neptuno y de Marte en la Escalera de los Gigantes del Palacio del Dux, figuras simbólicas alusivas al poder de la Serenísima en el mar y en la tierra.