La imagen que vemos es una construcción característicamente clásica por sus formas, columnas y frontón. De no excesivas dimensiones, se nos muestran el frente y uno de los laterales, pero no vemos la fachada trasera ni el otro lateral. Por tanto, no tenemos una visión global: tendríamos que rodear el edificio y entrar en él para apreciar el espacio, fundamento de la arquitectura.
Sin embargo la imagen es suficientemente significativa por lo que se observa: está cercano a otros edificios, pero “exento”, sin formar un frente continuo urbano, aislado, aunque en relación con otros edificios, al ocupar un lugar en una plaza o foro.
Las columnas, son de orden jónico, con basa completa (toro y escocia), fuste acanalado con las características estrías y el inconfundible capitel de volutas, sin poder ver en la imagen las ovas. Sobre este elemento sustentante, vemos los elementos sustentados: el entablamento (arquitrabe, friso que parece liso y frontón, por ser un edificio con vertiente a dos aguas y techumbre de madera.
El material de construcción es piedra para columnas, entablamento, frontón y aunque es difícil de asegurar por la imagen de la foto, en el muro el “relleno” pudiera ser de material barato u opus caementicium y la techumbre, que no suele conservarse, de madera.
Es un edificio perteneciente a la arquitectura religiosa por ser un templo. En el mundo clásico –Grecia y Roma- el templo se concibe como la morada de la divinidad, donde se sitúa la estatua del dios o diosa, sin función interior importante de culto, ya que éste se realiza en el exterior: en un altar cerca del templo, que permite al pueblo seguir las ceremonias. De aquí que predomine el exterior sobre el interior (lo que no sucede en otras edificaciones, como basílicas o termas). Es una diferencia importante con el cristianismo donde la ceremonia, el culto se realiza en el interior del templo.
Sí es importante el lugar donde se ubica el templo griego o romano. El que vemos aquí es de planta rectangular, tetrástilo (cuatro columnas en el frente) y pseudoperíptero, ya que vemos columnas rodeando el edificio pero en el muro van adosadas.
Es un templo romano ya que además de ser pseudoperíptero, vemos que se levanta sobre un podium y no sobre grada escalonada como en el templo griego; además la escalinata frontal de acceso privilegia esta visión frontal, también le aparta del modelo griego que repartía el protagonismo entre las cuatro fachadas.
Se incorpora así este templo a las exigencias de elevación, frontalidad y axialidad íntimimamente unidas a la concepción del templo italorromano.
Los romanos heredan de los etruscos su realismo, pero reciben también el idealismo griego. Los templos etruscos, de material deleznable (arcilla, adobe, madera) apenas se han conservado pero sabemos que tenían gran parecido con los arcaicos griegos, con algunos matices diferenciales.
De los etruscos heredan que los templos sean en muchos casos pseudoperípteros, que apenas existen en Grecia. Así vemos que los romanos confunden y mezclan los elementos estructurales con los decorativos y estas columnas adosadas rompen la monotonía visual del muro liso, incorporando el ritmo, compartimentando el espacio, seleccionándolo y creando un módulo. Esta será una herencia que pesará en Occidente hasta nuestros días. Muchos edificios renacentistas y neoclásicos utilizan frontones sin función estructural, exclusivamente ornamental.
En los templos griegos la planta se divide en tres zonas: pronaos, naos o cella y opistodomos. De los etruscos heredan la ausencia de opistodomos. En la imagen vemos la pronaos con cuatro columnas al frente y una exenta en el lateral a modo de vestíbulo, con doble hilera; a continuación la naos o cella, aquí cerrada con el muro y que suele dividirse en tres, en honor de la Tríada Capitolina (Júpiter, Juno y Minerva). No tiene opistodomos. Pero no debemos olvidar que los modelos griegos invadieron todos los campos del arte romano. En la etapa republicana (510-31 a. C.) a la que pertenece este templo, hay una progresiva helenización de la arquitectura. Sin embargo, los romanos muestran su originalidad al no imitar sin más, sino crear nuevas realidades en las que se identifica lo propiamente romano.
Incorporan todos los órdenes griegos y aportan dos suyos: el toscano y el compuesto. Aquí el orden jónico origina un templo esbelto, ágil, evitando la “robustez” del dórico, las proporciones matemáticas están presentes en sus elementos, en los intercolumnios, etc.; es la huella de Grecia y de su idea del hombre como medida de todas las cosas; todavía en la República no existe el colosalismo del Imperio Romano avanzado.
En Roma predomina el carácter realista, heredado de los etruscos, funcional y práctico; así el opus caementicium u hormigón antiguo o mortero: barato, útil, que levanta construcciones rápidas por todos los caminos, calzadas y ciudades romanas. En este templo el relleno mural podría ser de toba y travertino, cubierto de estuco. Roma se encuentra en expansión , sus legiones conquistan el Mediterráneo y el comercio procura pingües beneficios; los esclavos se reclutan en masa y nutren a los patricios y grandes terratenientes de mano de obra barata. El arte de Roma es en gran medida, urbano. Roma está segura de sí misma. De los griegos adopta el arte, la religión, el pensamiento, siempre con un objetivo utilitarista.
Este templo que contemplamos es el de la Fortuna Viril, el mejor conservado de la República. Construído hacia el año 100-80 a. de C. está dedicado probablemente al dios Portunuus, dios de la puerta, protector del puerto y del comercio marítimo, orientado hacia el puerto fluvial de Roma; aún está lejos la crisis económica del siglo III y la decadencia de Roma.